martes, octubre 07, 2008

 

EL CAMBIO CLIMATICO AFECTA A LA SALUD

La salud humana descansa sobre una alimentación sana, agua potable, un entorno saludable y estabilidad del estilo de vida, y uno de los pilares fundamentales de la estabilidad es un ciclo estacional continuo, repetitivo y predecible. Todos reconocemos la alteración de los patrones de comportamiento y alimentación provocados por los viajes. El cambio climático somete a los humanos a un viaje continuo, a un desajuste permanente y a una incertidumbre altamente estresante, exponiéndonos a fenómenos incontrolables que socavan nuestro sistema inmunitario.
El interés de los investigadores en salud en estudiar cuál es el impacto del cambio climático sobre ella. Se trata, en resumen, de conocer las causas y estar preparados para los efectos.

El efecto del clima extremo sobre la salud se ha hecho evidente en fenómenos climatológicos tales como las olas de calor. Está bien documentado que la mortalidad aumenta de forma notable durante los periodos de elevadas temperaturas, relacionándose este fenómeno con problemas cardiovasculares, cerebro vasculares y respiratorios, especialmente en personas de edad avanzada. En zonas urbanas, las olas de calor se suelen relacionar con un aumento de la polución ambiental que puede además agravar la situación de las personas con riesgo. Algo similar ocurre durante las inundaciones, las sequías y las tormentas. Se producen efectos inmediatos a nivel físico, incluyendo heridos y muertos y consecuencias a más largo término tales como problemas a nivel de salud mental. El incremento posterior a estos fenómenos de enfermedades infecciosas es especialmente grave en los países en desarrollo, en los cuales se produce también un aumento del nivel de malnutrición de la población afectada. Se ha analizado también cómo el cambio climático afecta a la transmisión de enfermedades a través de los vectores que las producen.

La Organización Mundial de la Salud ha estudiado recientemente cuál es la carga sobre la salud que el cambio climático puede comportar. Los resultados publicados muestran que puede haber algunos pocos efectos beneficiosos, especialmente en zonas de clima templadas, asociadas a una disminución de la mortalidad relacionada con las bajas temperaturas, pero que éstos van a ser superados por el aumento de enfermedades infecciosas y de desnutrición en los países en desarrollo. La vulnerabilidad de la población de los países pobres a los efectos del clima es muy superior a la observada en los países desarrollados.

Las políticas de adaptación socioeconómica son imprescindibles de cara a mitigar los efectos del cambio climático sobre la salud. Los actuales conocimientos hacen altamente recomendable la adopción de medidas de prevención en salud pública, con estrategias de adaptación específicas, destinadas a evitar los efectos negativos.

El cambio climático constituye una amenaza real al desarrollo sostenible y los efectos adversos van a ser especialmente graves para la población de los países pobres. Las actuales fuentes de energía, con el consumo de combustibles fósiles, son las responsables de la contaminación del aire y de los gases de efecto invernadero. Una reducción en los niveles de uno y otro sería doblemente beneficiosa para la salud de la población.

Las fuentes de energía renovable tales como la fotovoltaica, la solar y la eólica no presentan efectos adversos sobre la salud. Su aplicación debe ser considerada como una opción que considerar aunque los condicionantes económicos de su uso deben ser tenidos en cuenta para que se puedan considerar como alternativas válidas. La apuesta por la energía nuclear debe ser reevaluada y podría constituir en un futuro próximo una opción válida y segura si se tienen en cuenta los actuales conocimientos y optimización de las instalaciones.

Los efectos negativos del cambio climático sobre la salud ya se están evidenciando y son especialmente importantes tanto en los países en desarrollo como en los grupos más vulnerables de los países ricos.

El objetivo de cara a disminuirlos debe ser la minimización de dicho cambio a través de políticas de desarrollo sostenible y de políticas energéticas responsables. Por otra parte, hay que poner en marcha medidas de prevención en salud pública que permitan una adaptación al cambio climático actual porque existe una interacción importante del cambio climático con otros fenómenos globales tales como el crecimiento de la población y la escasez de agua potable.

Si entramos en datos más concretos, un estudio de la Universidad de Sydney afirma que las subidas de temperaturas debidas al cambio climático tienen un impacto significativo en la salud de los niños.

La investigación realizada en un hospital demostró que por cada subida de cinco grados de la temperatura ambiental, llegaban más niños menores de seis años con fiebre y gastroenteritis.

“El calentamiento global se está haciendo más evidente ahora, es altamente probable un aumento de niños con enfermedades comunes en las urgencias de los hospitales”, afirma el científico Lawrence Lam director de la investigación.

Ya se sabe que los niños son más vulnerables a los cambios del clima que una persona adulta porque pueden regular menos su cuerpo con los cambios de temperatura. El mecanismo de regulación térmica del cerebro está menos desarrollado.

El estudio analizaba varios factores del clima, recogidos por la oficina australiana de meteorología en 2001 y 2002. Los resultados demostraron que la temperatura era el único factor de riesgo negativo, causante de fiebre y gastroenteritis en niños pequeños. Las condiciones respiratorias no aparecían ser afectadas por temperaturas más calientes.

Éste es el primer estudio que hace la conexión entre el cambio climático y la salud de los niños. Sigue existiendo la pregunta de si el calor activó directamente las enfermedades o si otros problemas como la contaminación eran responsables.

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