EL BLOG DE QUECHU

La crisis económica, que nos está afectando a nivel mundial, está reduciendo las emisiones de gases de efecto invernadero debido al petróleo. A final del año pasado el petróleo estaba muy caro y la producción de electricidad era, por tanto, cara. Las emisiones españolas debidas a la movilidad por carretera (turismos, furgonetas y camiones) han decrecido en 2008 un 4,2% respecto al año anterior. A esto hay que sumar otro recorte debido a la menor actividad industrial. La producción industrial cayó en diciembre un 19,6% respecto al mismo mes del año anterior. El parón de las fábricas se demuestra también porque han acudido masivamente a la venta de derechos de CO2. Con este mecanismo han ingresado más de 400 millones de euros por unos permisos que recibieron gratis del Gobierno. Las cifras tienen implicación política, pero como una parte de la reducción es achacable a la crisis, ningun político quiere apuntarselo porque reducir las emisiones con una crisis es sencillo. El reto es conseguirlo durante un periodo de bonanza. Un peligro para el medio ambiente con la crisis y la bajada del precio del petróleo es que pueda caer la inversión en energías limpias, porque la instalación masiva de molinos de viento permitió que la electricidad renovable aumentara un 18,7% respecto al año anterior, de manera que el sector eléctrico, que es responsable de un 25% de las emisiones, recortó un 16,6% sus gases de efecto invernadero, según WWF España. La crisis, este año pasado, ha estado haciendo el trabajo y no hemos hecho nada más. ¿Qué puede pasar a partir de ahora? El escenario es distinto al que teníamos a finales de año. El petróleo tiene un precio bajo, por lo tanto, producir electricidad por esta vía es más rentable, lo que implica aumento de emisiones de CO2, todo por la economia, rentabilidad y toda esa gaita.