domingo, noviembre 18, 2007

 

BIOPETROLEO

La empresa española Bio Fuel Systems (BFS), con sede en Alicante, ha presentado un nuevo combustible que permitirá producir un carburante llamado “biopetróleo”, utilizando como materia prima el fitoplancton procedente de las algas. Parece el sueño de cualquier científico: conseguir un combustible de características similares al petróleo, que no se agote, utilizable en los vehículos actuales y que, además, no sólo no produzca más CO2 sino que ayude a reducir las emisiones de este gas culpable del calentamiento global del planeta.
Tan seguros se encuentran de la importancia de su descubrimiento, que ya están montando en San Vicente del Raspeig dos plantas demostrativas para comenzar a comercializar sus productos. En la primera de ellas ya han instalado unas torres con las que se producirá el biopetróleo y en la segunda se generará energía eléctrica. Bernard Andre Joseph Stroiazzo Mougin ideó hace ya más de tres años las bases de este proceso cuando se encontrada en Sudáfrica, pero fue su encuentro con con el fitoplanctólogo Cristian Gomis, del Instituto de Biología Marina de El Campello, lo que le permitió desarrollar la investigación y comenzar las pruebas, gracias también a la participación de los departamentos de Biotecnología y de Ingeniería Química de la Universidad de Alicante e incluso a la colaboración de la de Valencia.
BFS ha desarrollado un sistema para producir de forma masiva biopetróleo, a partir de fitopláncton, en un espacio reducido y con costes realmente moderados. Se trata una nueva fuente de energía, similar al petróleo, con todos sus productos y ventajas, pero sin sus inconvenientes: no aumenta las emisiones de CO2 (dióxido de carbono) sino que las reduce, y no aporta SO2 (dióxido de azufre), además de la práctica ausencia de productos secundarios nocivos. El producto resultante es mucho más productivo y rentable que cualquiera de los desarrollados hasta el momento en el sector de los biocombustibles. Asegura una producción 400 veces superior a cualquier otro biocombustible conocido hasta ahora y basado en la utilización de las plantas, incluidas las algas. Por otra parte, no requiere de grandes superficies para su producción. En una superficie de 52.000 km2 (dos veces la Comunidad Valenciana), se pueden obtener 95 millones de barriles de biopetróleo al día, es decir, toda la producción mundial actual de petróleo y a un precio sensiblemente inferior al del petróleo actual. Se trata de una fuente de producción de energía en continuo, inagotable y no contaminante porque no moviliza carbono fósil, sino que utiliza el exceso de carbono (CO2). Contribuye de esta forma a paliar el efecto invernadero y a restablecer el equilibrio térmico del planeta. BFS, que ya tiene desarrollados los planos industriales y probado con éxito el prototipo, se encuentra en condiciones de asegurar la producción en continuo en un tiempo aproximado de 14 a 18 meses. En este sentido, el proyecto está ya en fase de producción industrial, aunque sigue un proceso de optimización continuo, avalado por la Universidad de Alicante.
1. Antecedentes - Las energías renovables: protocolo de Kioto y los biocarburantes.
El protocolo de Kioto obliga a los países que lo han ratificado, a cumplir con los objetivos impuestos sobre reducción de emisiones CO2/SO2 y otros gases que producen el denominado efecto invernadero. Esta realidad, está llevando a distintos países a buscar combustibles alternativos, renovables y no contaminantes. Aunque en algunas regiones está aumentando la producción de energía solar y eólica, estas tecnologías resultan muy costosas y no son viables en todas las zonas climáticas. En estas condiciones, los biocarburantes están llamados a desempeñar un papel fundamental como sustitutos de los combustibles fósiles, especialmente para aplicaciones de transporte, calefacción e industriales. Los costes de producción de biocarburantes a partir de plantas, como los aceites de palma, de colza y de girasol, han sido siempre motivo de preocupación. Teniendo en cuenta los bajos índices de producción de aceite por hectárea, se necesitarían enormes cantidades de recursos tanto de superficie como de costes, para que se pudiera alcanzar una producción comercial. La tierra y el agua son recursos escasos y es preferible emplearlos para producir alimentos, que además resultan más rentables para los agricultores. Para remplazar 40% del petróleo actualmente utilizado, se necesitará multiplicar por tres la superficie de tierra cultivable utilizada en el mundo (simplemente para la obtención de etanol).
2. Bio Fuel Systems - Ventajas medioambientales y económicas.
El biodiésel es un combustible obtenido de recursos renovables tales como los aceites vegetales. Es biodegradable, no tiene efectos tóxicos y sus emisiones son considerablemente más bajas que las producidas por la combustión del diesel derivado del petróleo. El biodiésel se puede utilizar en los motores actuales y es un firme candidato a sustituir al combustible fósil como principal fuente de energía para transporte. Desde el punto de vista medioambiental, el biodiésel presenta las siguientes ventajas con respecto a los combustibles basados en petróleo:
· El biodiésel reduce las emisiones de monóxido de carbono (CO) aproximadamente en un 50% y las de dióxido de carbono en un 78,45%. · El biodiésel contiene menos hidrocarburos aromáticos, ya que reduce en un 56% el benzofluoranteno y en un 71% los benzopirenos. · El biodiésel elimina las emisiones de azufre (SO2), ya que no contiene azufre. · El biodiésel reduce en un 65% la emisión de partículas sólidas de productos de la combustión.
En cuanto a la producción de biodiésel, el fitoplancton representa la mejor opción, reduciendo además la emisión de gases de efecto invernadero. Algunos estudios señalan los siguientes niveles de producción anual:
· Soja: de 40 a 50 m3/km2. · Colza: de 100 a 140 m3/km2. · Mostaza: 130 m3/km2. · Piñón: 160 m3/km2. · Aceite de palma: 610 m3/km2. · Algas: De 10.000 a 20.000 m3/km2.
Bio Fuel Systems es una empresa 100% española creada en el 2006 en la zona del Levante español. Es el resultado de un proceso de investigación desarrollado durante tres años por un equipo de científicos e ingenieros, en colaboración con la Universidad de Alicante. Durante los últimos tres años, Bio Fuel Systems S.L. ha dedicado sus recursos al desarrollo de un sistema que permita la producción masiva y sostenible de biopetróleos a escala comercial en respuesta a la creciente demanda de energía renovable.
La formación de petróleo ocurrió hace millones de años partiendo de los mismos elementos vegetales (principalmente fitoplancton) bajo muy altas presiones, temperaturas y en un clima de alta actividad sísmica y volcánica. La biodegradación de determinados compuestos orgánicos de origen vegetal (ácidos grasos e hidrocarbono) dio lugar al petróleo. BioFuel Systems S.L. ha desarrollado un proceso convertidor de energía basado en tres elementos: la energía solar, la fotosíntesis y el campo electromagnético. Dicho proceso permite obtener biopetróleo, equiparable al de origen fósil. Es una nueva fuente de energía, similar al petróleo, con todos sus productos y ventajas, pero sin sus inconvenientes: no aumenta las emisiones de CO2 (dióxido de carbono) sino que las reduce, y no aporta SO2 (dióxido de azufre), además de la práctica ausencia de productos secundarios nocivos.
Este sistema de bioconversión es, aproximadamente, 400 veces más productivo que cualquier otro sistema basado en la utilización de vegetales que sea proceso oleico y etanólico. Además, permite producir biopetróleo a un precio inferior al del petróleo actual. Con este sistema, podemos llegar a producir hasta 95 millones de barriles al día utilizando una superficie de 50.000 km2 (2 veces la Comunidad Valenciana). Se trata de una fuente de producción de energía en continuo, es inagotable y no es contaminante porque no moviliza carbono fósil, sino que utiliza el exceso de carbono (CO2). Contribuye de esta forma a paliar el efecto invernadero y a restablecer el equilibrio térmico del planeta.
3. El Mercado
Distintos factores hacen que cada vez sea más importante buscar fuentes de energía renovables. El calentamiento global, la subida del petróleo, protocolos como el de Kioto y el agotamiento de los combustibles fósiles están llevando a los países a fomentar las fuentes de energía renovables y a fijarse plazos para su introducción. Los incentivos fiscales y legales permiten prever que el mercado absorberá rápidamente toda la producción de biocarburantes. La legislación exige que el mercado europeo de biodiésel para transporte y calefacción alcance los 10.000 millones de litros anuales en 2010. Según datos de la UE, la capacidad de producción es actualmente de sólo 2.400 millones de litros anuales. Este déficit indica que el mercado tiene potencial suficiente para la producción masiva de aceite de algas. Los países del sur de Europa que disfrutan de climas templados con un gran número de horas de sol, podrían convertirse en el centro europeo para la producción de biocombustible. Asimismo, la tecnología actual hace posible la creación de súper algas que aumentan la productividad por hectárea y, además permite aumentar aún más la producción sobre cultivos concentrados y eliminar posibles pérdidas causadas por enfermedades y otros problemas de los cultivos. Por otra parte, otra solución tecnológica permite disponer de compuestos energéticos y disminuir los excedentes de CO2 atmosféricos. Por todo ello, el biocombustible así obtenido se convierte en una energía renovable, atractiva y competitiva.

jueves, noviembre 01, 2007

 

EL CAMBIO CLIMATICO

Pocos temas relacionados con la ciencia han suscitado tanto interés mediático como el Cambio Climático. Existe un vivo debate sobre esta cuestión que afecta a la mayoría de la comunidad científica.
Se dice que ya no hay estaciones: ¿Es verdad? Científicos del Instituto de la Tierra de la célebre Universidad de Columbia de Nueva York publicaron un artículo a finales del siglo XX alarmando sobre la evolución de nuestro clima. Los científicos llegaron a la conclusión, a partir de las mediciones de los satélites y de datos adquiridos por boyas oceánicas, gracias a diferentes modelos matemáticos, de que nuestro planeta absorbe más energía de la que devuelve al espacio. Así pues, la Tierra está desequilibrada, térmicamente hablando. Este desequilibrio ha sido medido precisamente en los océanos durante las últimas décadas. Pero empiezan a escucharse voces sensatas y ajenas por completo al discurso alarmista patrocinado por Al Gore y por agencias políticas como IPCC (ONU), en una perversa mezcla de intereses comerciales y políticos. Por ejemplo el geólogo Carlo Alberto Ricci, presidente del European Polar Board, ha explicado en una conferencia en el CosmoCaixa (Madrid) que en absoluto se van a descongelar los polos en 50 años, y nos recuerda lo que debería ser una obviedad: que el clima está en cambio constante, pasando por periodos de calentamiento y de enfriamiento por causas naturales. Respecto al actual periodo de calentamiento advirtió que "no se sabe si es una tendencia o es sólo un fenómeno momentáneo" (el supuesto "enfriamiento global" que, según los documentales de la BBC de los años setenta nos devolvería a la Edad de Hielo, duró cuatro décadas). Por su parte el meteórologo neozelandés Augie Auer opina que lo del cambio climático será considerado una broma dentro de cinco años y que es el momento de comenzar a desmontar sus mitos. Auer piensa que la actual histeria climática es una combinación de interpretaciones erróneas, mala ciencia, bombo mediático y agendas políticas. El debate está más abierto que nunca, y no "cerrado", como afirmaron dogmáticamente algunos medios hace unos meses.
Quizás la causa de tanta controversia esté en que hoy en día hace falta seguir respondiendo a ese ímpetu tan humano de buscar banderas por las que luchar. Una de esas nuevas banderas de lo políticamente correcto es la del cambio climático, igual que la de los gays o la del 0,7%. El cambio climático ocupa el lugar preferencial en la defensa de un mundo más sano del que intentan aprovecharse siempre los mismos. Se hacen los dueños y señores de unas afirmaciones e intentan convertir sus supuestos en dogmas con los que es imposible no comulgar.
El discurso del cambio climático como imposición se convierte en una patraña, no porque no se esté calentando la Tierra, sino por el totalitarismo mostrado en las afirmaciones que suelen acompañarlos.
Si pretendemos hacer algo de verdad para luchar contra el cambio climático se debe ver en terminos cuantificables, se debe tocar el bolsillo de los dueños y señores, entonces el cambio climático representa un reto único para la economía, pudiendo afirmarse que es el mayor y más generalizado fracaso del mercado jamás visto en el mundo. El análisis económico deberá ser global, abordar las consecuencias a largo plazo, estudiar a fondo la economía de los riesgos e incertidumbres y examinar la posibilidad de cambios importantes y no marginales.
El Informe Stern sobre el impacto del cambio climático y el calentamiento global sobre la economía mundial redactado por el economista Sir Nicholas Stern por encargo del gobierno del Reino Unido fue publicado el 30 de octubre del 2006, con 700 páginas de extensión, el informe supone un hito histórico al ser el primer informe encargado por un gobierno, el del Reino Unido, a un economista en lugar de a un climatólogo. Sus principales conclusiones afirman que se necesita una inversión equivalente al 1% del PIB mundial para mitigar los efectos del cambio climático y que de no hacerse dicha inversión el mundo se expondría a una recesión que podría alcanzar el 20% del PIB global. El informe también sugiere la imposición de ecotasas para minimizar los desequilibrios socioeconómicos. El Informe propone reducir las emisiones mediante una mejora de la eficiencia en el uso de la energía, la introducción de cambios en la demanda de productos, generando una mayor conciencia de la necesidad de consumir productos de baja emisión de carbono y la adopción de tecnologías más limpias en los sectores de la energía, calefacción y transporte. Asimismo, hace especial hincapié en la necesidad de estrategias políticas firmes que motiven estas medidas y destaca la importancia de generar una respuesta internacional basada en una visión compartida respecto a los objetivos y el marco en el que actuar.

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