EL BLOG DE QUECHU

Cámaras digitales, agendas, reproductores de MP3,teléfonos móviles e inalámbricos, ordenadores portátiles… El ahorro a largo plazo y la comodidad que supone el uso de pilas recargables se ha puesto de manifiesto por la fuerte demanda de energía que precisan estos aparatos móviles o portátiles de alto consumo y de uso prolongado.

Las baterías recargables duran tres veces más en dispositivos de gran consumo que las alcalinas. Así, las pilas renovables y reutilizables se presentan como una buena elección económica y ambiental. Su tecnología es respetuosa con el medio ambiente. No obstante, las pilas tienen componentes químicos que generan su energía. Son metales pesados y sustancias químicas que poseen propiedades corrosivas, reactivas, explosivas, toxicas e inflamables.

Una gestión ecológicamente apropiada de las pilas empieza con la selección de las mismas, un producto que, como muchos otros, tras una mayor o menor vida útil, acabará por transformarse en residuo. Por tanto, es decisivo el momento de escogerlas, al igual que sucede con los acumuladores y baterías.

Primeramente se recomienda emplear los aparatos eléctricos conectados a la red para evitar el uso de pilas. Pero si su utilización es inevitable, es bueno comprar pilas recargables. Entre las ventajas, el ahorro a largo plazo y el mayor cuidado del medio ambiente, porque evidentemente se produce una gran reducción en el volumen de residuos. La única desventaja es el desembolso inicial que hay que efectuar.

Calidad
Una cuestión importante es que, tratándose de pilas recargables, el producto sea de buena calidad. No es extraño encontrar ofertas tentadoras. Pero, ¿cómo saber si son aconsejables?

De entrada, una pila barata ofrecerá una menor vida útil que otra de mayor precio y calidad. A esto se añade el más que probable agravante que puede suponer el que hayan sido fabricadas mediante un proceso más contaminante y que, por consiguiente, produce pilas más nocivas para el medio ambiente.

Las tecnologías productivas más novedosas son más limpias, si bien también son más complejas y conllevan mayores costos. Por esta razón es medioambientalmente más recomendable comprar pilas de marcas prestigiosas o procedentes de países desarrollados, donde la normativa y el control sobre el proceso de producción presumiblemente son más estrictos.

Se distinguen dos tipos de pilas más usuales, son las AA y las AAA. Ambas pueden ser NI-CD (Níquel-Cadmio) o NI-MH (Níquel-MetalHidruro, también denominadas ecológicas). Hay unos números que suelen acompañar a la descripción del tipo de pila que indican la capacidad de carga (mAh, que significa mili amperios hora). A más capacidad de carga, más tiempo durará la pila antes de tener que cargarla de nuevo.

Estos números serán más altos en las pilas AA que en las AAA, por una simple cuestión de tamaño. Las capacidades máximas están entre 2.300 y 2.800 mAh para las pilas AA, y 800 y 1.000 mAh para las pilas AAA.

Menos contaminantes
Para tener la certeza de que en el proceso de producción o reciclaje de las pilas recargables no se van a liberar elementos muy contaminantes como el mercurio, por ejemplo, es conveniente adquirirlas con la leyenda "Libre de Mercurio (Hg)" o similar.

De hecho, son preferibles las pilas de marcas que se producen bajo las leyes de la Comunidad Europea, EE.UU. y Japón, que prohíben la utilización de dicho metal pesado. Las provenientes del sudeste asiático requieren tratamientos posteriores más caros para evitar que causen daños al entorno. En cualquier caso, todas estas pilas precisan para su uso de un cargador eficiente.

En su mayoría las pilas recargables son un producto de uso domiciliario y, desde este punto de vista, no les afectan las leyes sobre residuos peligrosos o industriales. Las pilas y baterías usadas, provenientes del uso de juguetes, electrodomésticos pequeños, equipos de música, teléfonos, ordenadores, etc., forman parte de los residuos domésticos o domiciliarios.

Las pilas se deben depositar en los contenedores selectivos.Como contienen compuestos químicos que pueden perturbar negativamente al ambiente, incluidos los seres vivos, si no se desechan adecuadamente, poco a poco está aumentando el número de contenedores destinados a la recogida de estas pilas y baterías.

En cuanto a las baterías de los coches, las de plomo-ácido, al ser sustituidas el establecimiento vendedor ha de hacerse cargo de las viejas.

Tras la recogida selectiva, las pilas se trituran y se separan sus diferentes materiales, valorizando algunos y convirtiendo en inertes otros para evitar que puedan contaminar el medio ambiente.